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A veces es mejor poner tierra de por medio y dejar que corra el aire. Aunque solo sea por volver a sentir esa sensación de querer acortar milímetros a toda costa y devorarnos. A veces es necesario aunque duela un poco, descosernos y dejar de compartir el oxígeno para respirar por nuestra cuenta. Llenarnos los pulmones y extrañarnos. Mirarnos tranquilos y quietos, cada uno desde su trozo de mundo, y dar tiempo a que los latidos se autorrevelen. Hasta que la magia vuelva para salvarnos, aunque ya sabes que la magia sigue ahí, no se ha ido. solo que a veces le gusta jugar a las escondidas.